Esperaste en la azotea
a que terminara
de pasar la ciudad,
y seguiste esperando
a que pasara tu piano
sobre el camión de redilas,
y seguiste esperando
el trueno de Tlaloc,
y seguiste esperando
a Xólotl.
Y seguiste esperando a la Choco
salir del puerto.
Y esperaste…
Y esperaste sentado en la silla,
junto al pararrayos…